Es
un valor muy importante, inherente a cada persona, sin embargo, debe comenzar
consigo misma como lo plantea en el ensayo “La Educación y los Valores” de María
Patricia López con preguntas como “¿soy leal?, ¿soy confiable?”, y que cada uno
debiera preguntarse ¿soy honesto? Para tener una valoración a nivel de cómo
está nuestra sociedad, debemos primero detenernos y cuestionarnos cómo está
este valor intrínseco en nuestra persona como individuo.
Es
difícil clarificar hasta qué punto una persona es honesta o no, o qué tan claro
tiene esa persona su percepción de honestidad para consigo misma y que se
muestre ante la sociedad. Aún así, se debe inculcar este valor, porque mientras
más honesta sea una sociedad y acepte la misma como valor qué es tendería a
mejorar. Sin embargo, a veces se castiga la honestidad aprovechándose de ella
para otros fines ya sean laborales, políticos, o de ayuda social. Esto se debe
contrarrestar ejerciéndola y obligando a la vez a la sociedad en general a
serlo para el bien común.
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